Pasamos un fin de semana en familia. El lugar está en excelente condiciones de mantenimiento y su ubicación es inmejorable, a dos cuadras del Centro y a metros de la playa. El desayuno es muy variado.
La atención de todo el personal fue excelente. Sin dudas, hacen que el hotel marque la diferencia. Siempre atentos, predispuestos, de buen humor… las recepcionistas son un amor y en el spa, la masajista Maria Rojas brilló. Nos atendió los tres días que duró nuestra estancia. Se nota que disfruta mucho de lo que hace, porque eso lo refleja en su trabajo. Tiene manos mágicas!
Sin dudas vamos a volver!