Tuvimos el placer de disfrutar 2 días en la Posada y realmente fue una experiencia única. La Posada Tamarindo une todo lo que una persona necesita: confort, tranquilidad, excelente atención, naturaleza y comodidad.
Las habitaciones son muy confortables, el desayuno es excelente y uno se levanta y ya entra en contacto con la naturaleza, con tanto verde alrededor.
Además realicé una clase de yoga (gratis para huéspedes) y empecé la mañana mucho más relajada!
Sin duda volveríamos a hospedarnos! Lo disfrutamos mucho!