Estuvimos esperando 40 minutos para que se desocupara una mesa, a lo cual accedimos sabiendo el tiempo de espera. Lo que no sabíamos es que una vez que nos sentáramos íbamos a estar literalmente una hora y media hasta que llegara la comida. Estábamos con dos niños pequeños, con ansiedad, no llegaba la comida, les faltaron vasos, cubiertos. Trajeron todo junto 90 minutos después, la carne de la milanesa cruda, se equivocaron en un plato de ñoquis, lo más rico la tortilla de papa, pero eran casi las 02 a.m.. mientras comíamos levantaban todas las mesas a nuestro alrededor. Terrible servicio, desconsiderados, desprolijos, lentos. No volvemos más, la única mala experiencia gastronómica en San Luis.
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