Casi me alegro de que no les quedara tartar de atùn, porque eso me llevò a pedir el sublime tataki de presa. Una carta muy variada y platos de gran calidad y delicadeza, acompañados de cerveza helada y buen vino.A destacar la gran amabilidad del servicio, sin duda un sine qua non en Arcos de la Frontera. Volveremos.
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