El hotel merece la pena, es caro pero lo merece.
Los restaurantes excepto el manta son "saladitos" pero acordes a un 5, el manta es muy caro.
El es lujoso, y tiene un montón de piezas de arte por todos lados, una arquitectura buenísima aunque es un poco lioso trasladarse a través de el, hasta que te acostumbras.
Nos dieron una ocean view por nuestro aniversario de bodas.
El personal profesional y amable, con Lais de regalo en la puerta del hotel.
La piscina bonita, pequeña y super calentorra.
La playa un sueño, con 2 zonas de snorkel, chiringuito en la playa, arena clara y deportes acuáticos, una pasada!
Hasta tienen mantarallas por la noche que puedes ir a ver y filmar.
Las habitaciones no son super modernas pero son lujosas y las camas super cómodas.
Una pasada lo recomiendo!!!