Un lugar increíble. Habitaciones, actividades y comidas, todo impecable. Marina, Andrés y su familia fueron encantadores. Una experiencia en el campo relativamente cerca de Montevideo. Volvería seguro.
Un lugar increíble. Habitaciones, actividades y comidas, todo impecable. Marina, Andrés y su familia fueron encantadores. Una experiencia en el campo relativamente cerca de Montevideo. Volvería seguro.
Mi marido y yo nos alojamos una noche en Los Platanos por recomendacion de una amiga y ex-colega de la Facultad de Ciencias. El cuarto con bano y ducha muy bien acondicionado, la comida de Mariana exquisita y la instruccion de Andres para andar a caballo fue superior. Nos encanto la hospitalidad de Mariana y Andres y su flia, profesional pero al mismo tiempo genuina y calida. Para mi marido Noruego fue un gran plus q dominaran el ingles. Realmente nos sentimos como si estuvieramos en nuestra casa. Tenemos que volver para quedarnos mas tiempo.
Marina y Andrés nos hicieron sentir "como en casa", excelentes anfitriones!!
Comida casera y deliciosa.
Respeto por la naturaleza en un entorno hermoso.
100% recomendable!!
Muchas gracias! Ojalá podamos volver a tener un fin de semana de descanso y disfrute.
Hermoso hotel en las sierras, la habitación tenía una vista divina a las sierras. La comida casera riquísima y el desayuno super abundante. Hicimos una caminata por las sierras terminando en una cascada que nos encantó.
Marina y Andrés unos genios.
Marina y Andrés hacen a gran parte de lo que es pasarla bien en este lugar. La estancia y el paisaje son mucho más de lo que se puede sospechar en las fotografías. El lugar es mágico, con historia familiar, la de antes y la de ahora. Cargado de trabajo y de tesón. Nuestra habitación hermosa, con vista al campo. El baño impecable. Buena calefacción. Muy limpio todo. Estar afuera descansando bajo los ombúes, caminar hacia el arroyo, charlar de infinitos temas con Andrés, jugar con los perros, ver zorros, algún ñandú que se arrimó al alambrado, bandurrias…toda la experiencia de una riqueza inmensa. La comida un punto aparte, más que excelente. No sólo su calidad (y cantidad) sino también cómo te presentan todo y cómo consideran tus gustos y contemplan tus horarios. Es un lugar ideal para disfrutar de paz y tranquilidad. Infinitas gracias a ambos.
Es un lugar donde se respira tranquilidad, donde convergen historia y presente a través de las narraciones de Marina y Andrés. Nos transportaron al pasado en cada recorrida por la ladera de las serranías al lomo de alguno de sus siempre bien cuidados equinos. Por cierto, la comida es exquisita, saborear un guiso de campo o un cordero a la parrilla fueron momentos altos en la estadía. Las estufas a leña dan el marco perfecto para una estadía en invierno. Muy recomendable, volveremos !