Entorno impactante al pie de la cordillera y rodeado de viñedos. La vista desde la suite es algo impresionante. El personal súper atento y cordial. La cocina UN MUST, nos quedamos muy sorprendidos porque no nos lo esperábamos. Y los precios del restaurant muy razonables para la calidad de lo que ofrecían. En los cuartos te proveen de agua mineralizada gratis y siempre el detalle de galletas de queso caseras y frutos secos. Hay frigobar y televisión, así como aire frío/calor y estufa. Excelente! Además te asesoran muy bien acerca de qué lugares visitar y precios, etc. Es un lugar tranquilo y romántico, ideal para una escapada en pareja. También cuentan con cabañas para ir en familia o con amigos.
Nos encantó!