El lugar donde está ubicado la Posada es encantador, una vista preciosa a las sierras cordobesas. La habitación amplia, ambientada con muy buen gusto. Pude sentir los beneficios de la cocina muy elaborada y "sana", tal vez le faltaría un poco más de "proteína animal", para quienes estamos acostumbrados a ello. Las actividades propuestas muy bien conducidas. A destacar el clima cordial que se crea con huéspedes en general bien dispuestos. a socializar.

Nos alojamos en una de las casas de Las Dalias, dos noches. La comida cuidada y deliciosa. El jardín autóctono es maravilloso, la casa en medio de un bosque nativo: fresca, inmersa en los sonidos de la naturaleza, increíble. La atención excelente: nos llevaban el almuerzo y la cena a nuestra galería si lo deseábamos. Todo preparado para distenderse y conectarse con uno mismo y la pareja. Maravillosa experiencia. El entorno es muy hermoso. Súper recomendable!

Hace muchos años descubrí uno de los libros de Liliana Racauchi sobre nutrición y allí me enteré de la existencia de Las Dalias. Luego de varios años pude concretar mi anhelo de conocer este maravilloso lugar al que recomiendo para aquellas personas que quieran relajarse y alimentarse saludablemente.En mi caso fue el puntapié que necesitaba para cambiar de hábitos alimenticios y concientizar y aprender nuevas maneras de comer saludablemente. Toda la comida fue exquisita. Creativa y muy recomendable. Lo mismo las actividades. Las habitaciones excelentes, cálidas y de buen gusto.con todos los amenities super naturales. La tranquilidad de las sierras y del lugar, me hicieron maravillosamente bien.Todo el personal muy amable y bien predispuesto siempre. De hecho quiero destacar la honestidad de una de sus empleadas, Melisa, quien encontró dinero en mi habitación cuando me fuí y lo devolvió en la administración, quienes a su vez me hicieron una transferencia de dicho dinero. Honestidad poco común en estos días. Asi que tambíén MUY AGRADECIDA A MELI !! Un par de cosas quisiera sugerir: algunos huéspedes con quienes traté y yo también, sentimos que nos apuraban para que termináramos de comer rápido, ya que a cada rato nos preguntaban si ya habíamos terminado. Fue difícil hacer alguna sobremesa pero la hacíamos luego en otro sector agradable del Spa. También en el desayuno no habíamos terminado y ya a las 10 empezaban a limpiar el piso y ordenar con ruido e incomodidad. Por eso terminé llevándome el desayuno a la terraza de mi habitación. En cuanto a las actividades, muy buena la clase de bioenergía y yoga, pero Tai chi y chi kung creo que la instructora debería observar mas a la edad y contextura del huésped que quiere tomar la clase ya que dió algunos ejercicios algo potentes y de hecho una señora se retiró de la clase.. Sería bueno que solo dieran clases de chi kung que son mas aptas para toto público, no así el Tai chi. Espero tomen estos comentarios como una sugerencia constructiva y no como una mala crítica ya que el lugar colmó mis expectativas y desde ya, volveré en cuanto pueda. ¡Gracias a todos!