Viajamos unos días por Traslasierra, habíamos reservado en esta Posada.
El lugar es rural diría, en una zona en la que crece vegetación espinosa. El jardín sin embargo , como la pequeña quinta y el parque que rodea a la pileta, están cuidados, con plantas con flores y variedad de aromáticas!
La vista desde la pileta al cerro es colosal.
Las habitaciones, no convencionales, sencillas y exquisitas a la vez.
El desayuno servido -y preparado- por sus dueñas, rico, hogareño, con vajilla especial y panes y mermeladas caseras.
En fin, un lugar cálido y de buen gusto.
Ah olvidaba decir: lo pasamos muy bien.
Recomendado!!!!!