Las Verbenas es una casa de campo sencilla, antigua, que conserva casi toda la simpleza, rusticidad y encanto de una época. En medio de un denso bosque plantado por sus anteriores dueños y por los actuales, mantiene el fresco de la sombra, los sonidos de los animales del campo, de los pájaros, el viento en las hojas de los álamos... El paisaje natural es un valle montañoso con vegetación de pastizal, con un río de agua transparente, enormes piedras, con rincones bellísimos, piletones para nadar, playas con arena,etc
Amo que no haya señal de celular, ni televisor en las habitaciones, que el agua sea calentada con leña, sentir siempre ese suave olor y que haya un tiempo para bañarse y otro para comer, porque aquí las cosas son distintas, estas en el campo!! Respirás campo!! .
La comida es mas que excelente, siempre hay platos con verduras (algo que valoro por ser vegetariana) todo preparado allí, fresco y abundante. Los desayunos con el pan amasado allí mismo, inigualables!!! nada de dulces en cajitas horribles de plástico!
Las habitaciones son sencillas y limpias y el descanso en medio del silencio nocturno está asegurado... y si te gusta ver estrellas en el cielo... bueno este es el lugar!!!
Siento que quedan pocos lugares tan genuinos, tan simples y valiosos como Las Verbenas. Me aburren los hoteles donde uno no puede distenderse porque todo es acartonado y rígido!! Aquí uno es recibido con calidez y buena onda, uno enseguida se siente cómodo y todo invita al relax y sin darte cuenta a compartir con otros viajeros que en general sintonizan con uno, es decir, nada pretenciosos y amantes de la naturaleza y lo no convencional.
Ir a las Verbenas es un privilegio que algunas personas valoramos y comprendemos, algo atípico en esta época de lugares fantasiosos de cartón pintado, para mí el mejor lugar!!!