favor: excelente ubicación cerca de la Casa Blanca, la habitación amplia y confortable, con un baño enorme con una ducha indivicual y también en el mismo baño, cuenta con una bañera. Contaba también con un amplio escritorio. El personal muy amable y eficiente. En todos los pisos dispone de máquinas para hielo, algo que fué muy importante en los días de verano de muchísimos calor en Washington. No teníamos el desayuno incluido, pero el hotel dispone en la zona del bar, por la mañana, la posibilidad de tomar café o té, leche, etc. pero no hay disponible nada para comer. En otro sector, hay con pago, la posibilidad de desayunar.
En contra: un día salimos a las 9 de la mañana y cuando regresamos a las cinco de la tarde, todavía no habían arreglado la habitación. Recién vinieron a las 6 de la tarde, pero les dije que ya era imposible porque queríamos descansar. Otra cosa que no me gustó, fue que el televisor, no estaba ubicado en la zona frente a la cama, sino que estaba en una parte lateral de la habitación. Recién al segundo día, nos dimos cuenta que el televisor que estaba puesto sobre la pared, contaba con un mecanismo que permitía desplazarlo en un cierto ángulo para mejor vista desde la cama, pero algo no muy cómodo o práctico. La habitación no dispone de una cafetera o pava eléctrica para tomar café o un té.
En definitiva, de volver a Washington, quizás buscaría otra alternativa para alojarme.