Nos alojamos en este hotel porque en el hotel que habíamos reservado (Tayhan Hotel) nos cancelaron la reservación sin razón alguna y nos enviaron a este, que está bastante cerca del otro. Nos dieron una habitación en el primer piso bastante pequeña, pero eso no fue lo peor. Resulta que en la planta baja funciona una especie de almacen de mercancías que me imagino son de exportación pues el hotel está situado en un barrio que más bien parece un mercado libre. Todo el día y toda la noche entran y salen mercancias, por lo que la recepción del hotel parece más un puesto aduanero. Dormir fue casi imposible porque los de la recepción no hablaban sino que gritaban a todo gañote y el teléfono, para rematar, sonaba sin parar, pero a los muy "considerados" ni se les pasó por la mente la posibilidad de bajarle el volumen del tono al teléfono. Tan deseperada era ya la situación que tuvimos que bajar y no pedir, sino exigirles que dejaran de hacer ruido o nos iríamos a mitad de la noche del hotel sin pagarles nada. Se calmaron por unas horas, pero a las 5 de la madrugada empezó otra vez el teléfono, por lo que en total habremos dormido unas dos o tres horas. El desayuno estaba incluído, pero no valía la pena. Apenas pan, mantequilla y mermelada, pepino, tomate y aceitunas con café, té, zumos artificiales o agua. El...Nos alojamos en este hotel porque en el hotel que habíamos reservado (Tayhan Hotel) nos cancelaron la reservación sin razón alguna y nos enviaron a este, que está bastante cerca del otro. Nos dieron una habitación en el primer piso bastante pequeña, pero eso no fue lo peor. Resulta que en la planta baja funciona una especie de almacen de mercancías que me imagino son de exportación pues el hotel está situado en un barrio que más bien parece un mercado libre. Todo el día y toda la noche entran y salen mercancias, por lo que la recepción del hotel parece más un puesto aduanero. Dormir fue casi imposible porque los de la recepción no hablaban sino que gritaban a todo gañote y el teléfono, para rematar, sonaba sin parar, pero a los muy "considerados" ni se les pasó por la mente la posibilidad de bajarle el volumen del tono al teléfono. Tan deseperada era ya la situación que tuvimos que bajar y no pedir, sino exigirles que dejaran de hacer ruido o nos iríamos a mitad de la noche del hotel sin pagarles nada. Se calmaron por unas horas, pero a las 5 de la madrugada empezó otra vez el teléfono, por lo que en total habremos dormido unas dos o tres horas. El desayuno estaba incluído, pero no valía la pena. Apenas pan, mantequilla y mermelada, pepino, tomate y aceitunas con café, té, zumos artificiales o agua. El pan que dejaban los otros clientes, incluso si lo habían picado algo, se devolvía a la cesta del pan sin ningún rodeo. Se pueden dejar las maletas en la recepción, pero no tienen ningún espacio específico para tal fin. Se dejan allí, junto con los bultos que van y vienen. Queríamos pagar con tarjeta, pero no las aceptan. Solo aceptan efectivo. No es un lugar que recomendaría a nadie.Más
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