El hotel es precioso, un palacete con jardines exuberantes y una piscina central. No es demasiado grande y no está saturado de gente.
El hotel es lujoso pero sin ser ostentoso, es clásico y no es hortera, ni la decoración ni los turistas...No hay rusos ni libaneses nuevos ricos venidos a más.
Habitaciones amplias, personal muy amable...
Lo mejor: la piscina es una gozada, no se suele llenar de gente, no hay ruido exterior...con el calor del verano, pasar unas horas en esa piscina es lo mejor sin duda. El patio del desayuno es precioso, lleno de vegetación y muy fresco, ideal para empezar el día.
Lo peor: el conserje q había en la entrada del aparcamiento me tiró la caña mientras yo esperaba mi transfer.
En resumen, es un hotel precioso, con una piscina ideal para el verano y a tan sólo 5 minutos a pie de la Puerta de Damasco, volvería con los ojos cerrados!!!