El hostel es hermoso, en un entorno encantador, sumamente verde. Una vista de ensueño al Volcán Osorno. El desayuno es delicioso, de estilo alemán, dado que Armin es suizo. Por cierto, tanto Armin como Nadia son encantadores, personas sumamente cálidas y hospitalarias, da la sensación de que te estás hospedando en su enorme casa y no en un hostel. Queda a unos pocos kilómetros de Puerto Octay, yo que estaba en plan mochilero, tomaba un bus local que pasan muy seguido, o sino iba caminando deleitándome con el paisaje. Desde el Zapato Amarillo además se está muy cerca de Las Cascadas, un lugar poco visitado y que para mí fue una de las grandes sorpresas del viaje.