Esta es la cuarta vez que nos hospedamos en el hotel, cada vez que lo hemos hecho nos agrada saber que es como estar en casa. Las habitaciones son confortables y muy cómodas las camas. El desayuno buffet bastante completo, pero se debe destacar el pan blanco amasado (molde) y los kuchen y pies hechos en el mismo hotel, lo que acentúa aún más su toque hogareño, pues el olor de las preparaciones saliendo del horno durante las tardes, permite sentir calidez.
Creo que volveremos por una quinta o más veces, vale la pena.
- Wi-Fi gratis
- Estacionamiento gratis
- Playa
- Bar/Salón