Tenía que asistir a la Conferencia Anual de Ejecutivos (CADE 2010) y no tenía alojamiento. Un gran amigo me recomendó Casa Colibrí, y lo que parecía la última opción se convirtió en la más agradable experiencia vivida en el Urubamba. Fuimos con mi esposa que quedó maravillada.
Desde que llegas a Casa Colibrí la vida te cambia. Te reciben la contagiante e incomparable sonrisa y la actitud gratamente hospitalaria y siempre presente de Robert, y la energía, vitalidad y esa actitud fraterna de Bárbara. Luego de hacerte sentir en casa y de explicarte en que consiste la experiencia en Casa Colibrí, te llevan a tu habitación (en nuestro caso La Cotorra) donde la comodidad, tranquilidad, limpieza y nativa decoración te impresionan y te auguran una estadía incomparable.
Para quienes no conocíamos una experiencia ecológica (o teníamos prejuicios sobre ella) esta fue la oportunidad de vivirla, gozarla y de valorarla enriquecedoramente, porque no sólo se trata de los jardines, de los colibríes, de la granjita, de los cómodos y agradables ambientes, de la comida, o de ese silencio cómplice que te acompaña en el descanso y te cuida el sueño hasta que el sol lo vence, sino de la experiencia de vida y de lo que aprendes desde que llegas.
Ir a Casa Colibrí, que queda cerca del centro de Urubamba, es no sólo descansar...es vivir