Me alojé en este establecimiento varias semanas y me pareció que todo estaba perfectamente bien. El personal era muy servicial y amable, en especial el equipo que se encargaba de los desayunos y las habitaciones estaban muy bien equipadas, excepto por unas pequeñas pegas. El Annapolis Residence Inn se esconde en una zona muy tranquila pero también cercana a los principales accesos, como 50 o 97. Es céntrico respecto a los mejores restaurantes, centros comerciales, supermercados y a unos cuantos minutos de la pintoresca Annapolis. Mi habitación era una suite que disponía de cocina completa: lavavajillas, horno, microondas, un frigorífico complejo que resultó muy práctico dada la larga estancia. La cama era cómoda, así como las almohadas y las toallas, que eran increíblemente suaves. Las instalaciones del cuarto de baño (combinación de ventilador y bombillas) eran viejas y, desde abajo, se veía moho, polvo etc. en ellas, lo que me hacía recapacitar sobre la calidad general del aire (conductos, etc.) pero esto no tenía mucha importancia. Los teléfonos necesitaban una renovación ya que prácticamente databan de la época de los teléfonos de disco de marcación. La otra queja que podría plantear es que cuando alguien se registraba y se alojaba en el piso superior al mío, podía oírles andar de un lado a otro, por tanto en estancias largas es mejor solicitar las suites de los pisos superiores (sólo hay dos plantas). Excepto por esto, mi habitación incluso contaba con una chimenea funcionando (aunque era madera artificial, troncos pre-fabricados), lo cual resultaba un toque bonito. Muy recomendado.