Cenamos aquí durante nuestro viaje a Croacia. El sitio está muy bien decorado, quizás algo más elegante que otros restaurantes de los alrededores. El personal es amable y la comida, riquísima. Llegamos aquí por recomendación de un blog de viajes. Recuerdo que lo que recomendaban era una hamburguesa con mayonesa de trufa y mi idea era pedir eso, pero al llegar y ver el aspecto del resto de platos, me pareció casi pecado pedir una hamburguesa. Pedimos codillo asado, pasta casera con trufa y risotto con pescado. La pasta estaba buenísima y el risotto, espectacular. De verdad que todavía me acuerdo de ello. Casi se me olvidó el pecado que es estar en un país y pedir comida tradicional de otro. De precio, no excesivamente caro, pero tampoco es barato. Podríamos decir medio-alto, pero teniendo en cuenta la calidad, se les perdona. Lo recomiendo a cualquiera que venga a Croacia y no le importe prescindir de la comida croata y comer platos más bien italianos.