No es primera vez que me alojo ahí, iba a un fin de semana de relajo. El aire acondicionado no enfriaba, pasaron al menos 2 horas para que me pudieran cambiar de habiración. Entre medio alguien de mantención fue a apretar unos botones que no solucionaron nada y solo calentaron más la habiutación que ya era un sauna, luego llevó un ventilador como solución. Creo que un hotel de éste prestigio no puede darse el lujo de enviar un ventilador para solucionar un problema. Finalmente, luego de soluciones parches, me cambiaron a otra habitación donde el aire sí enfriaba. En la primera habitación habían pelos en la cama, las almohadas con olor a fritura. Paredes picadas y sucias, probablemente por maletas de otros huesped.
Si bien las instalaciones son nuevas y bonitas no pueden confiarse nétamente en eso, para ser un hotel se va algo descuidado en las habitaciones.
Lo peor de todo es que a mi acompañante le decía lo lindo que era el lugar, que íbamos a decansar y que el lugar era uno de mis hoteles favoritos en Viña del Mar. Adivinen como quedé