Fuimos al restaurante, pedimos el menú, que vale 15.000.
Primero traen la mantequilla, después de un rato traen medio trozo de pan de molde, de los más chicos, nos dejan un trozo a cada uno, preguntamos por qué, nos dice que luego traería el otro pan que no estaba caliente aún, en un rato nos trae el pan correspondiente, completamente duro, incluso uno lo pone en el plato partido de lo duro que estaba.
Entrada aji de gallina, sin gusto, sin sabor, desabrido.
De segundo un pequeño trozo de merluza austral frita, pasada de aceite y poco fresca con papas mayo, heladisimas recién sacadas del refri y añejas.
Lo único bueno fue el postre, una tartaleta de frutillas que parecía de cóctel.