El hotel esta ubicado en un sector bastante residencial, lo que lo hace perfecto parar descansar y no es dificil ubicarse a llegar.(considerando que eramos dos santiaguinos en Viña que no conociamos nada de la ciudad)
Llegamos sin reserva y aún asi nos atendieron espectacular.
La decoración, espacios y personal te hacen sentir como llegar a tu casa en la playa.
Las habitaciones, con vista al mar, son perfectas. Tienes ganas de quedarte ahí mucho tiempo y ponerte a escribir tus memorias.
El desayuno fue espectacular, con bastante variedad y estaba todo listo cuando bajamos.
Definitivamente lo recomendaré y será mi primera opción en una próxima estadía.