Estuvimos buscando un sitio para desayunar. En principio queríamos un lugar con desayunos típicos, pero no encontramos el lugar que buscábamos y decidimos entrar a este, porque estaba abierto temprano y tenía buenas reseñas. Ordenamos los desayunos típicos, uno con bolón y otro con tigrillo, capuchinos y jugos de mora. Cuando el mesero me trajo el plato, una rebanada de tocino resbaló del plato y cayó a la mesa. El mesero la agarró con la mano y la quiso regresar a mi plato (!!!!!). Lo detuve a tiempo, pero me desconcertó mucho. El bolón estaba un poco chicloso, el tocino tieso (por eso se cayó del plato). El huevo a la copa estaba bien, el jugo (de buen tamaño) y el capuchino también. Sin embargo, para dos personas la cuenta nos salió en 33 dólares, un precio que no se corresponde ni con el servicio, ni con el tipo de desayuno que tuvimos. Definitivamente no fue una buena experiencia.