Al estar construido en una montaña, la planta de recepción no es la 0, era la cuarta o la sexta, así que al principio es lioso encontrar las habitaciones. Tiene una piscina espectacular, pero cierra a las 18:00 y no pudimos usarla ningún día, porque volvíamos de las excursiones más tarde. La comida muy abundante y variada. Típica de la zona. Está en las afueras del núcleo urbano. Quisimos salir entre semana de noche, pero las chicas de recepción se miraban extrañaras y, al final, nos quedamos en el hotel. La Coca Cola 2€ y una copa de vino 7. Hotel bonito y estiloso.