Realmente es un paso para no perderse en Carmelo. Es un lugar hermoso, donde se puede encontrar la dedicación de sus dueños, y fundadores. La atención fue excelente. Jimena nos dedico tiempo y siempre con el mejor de los tratos. Me sorprendió saber que Don Lorenzo Irurtia introdujo cepas que no existían en la región. Además, los múltiples premios que lleva adquiridos su actual dueño (quinta generación de la familia ) por continuar con el legado y producir vinos que respetan la tradición familiar pero a su vez, son novedosos en incentivos, como el caso del Botrytis. Absolutamente recomendable. Gracias por la maravillosa atención recibida !

Es un must en el viaje a Carmelo. Buena relación precio-calidad de sus vinos. La atención muy buena.

Estuvimos con 2 amigos alojados en la casa de la propietaria de la Bodega, muy sencillo pero absolutamente muy amable y cordial. la visita a la bodega familiar y degustación valió la pena! un fin de semana muy tranquilo y apacible en un pueblo con un ritmo como perdido en el tiempo. Val la Pena,