Siendo que en la zona hay varias bodegas que se ofrecen al turismo, me decepcionó llegar y ver que a pesar de ser una de las más grandes y antiguas del lugar no esté preparada para ser visitada como debería.
Uno llega y se impresiona por el edificio, antiguo, amplio, hermoso patio con fuente y lugares donde sentarse a la sombre... pero pronto el entusiasmo cae cuando no hay casi quien atienda ni nada para hacer! Hay dos visitas diarias a la bodega, con horario fijo, (algo que no está especificado en los lugares donde uno busca previamente qué visitar en la zona), si uno llega fuera de esas horas, nadie ofrece nada mas.
Entonces, a no ser que uno vaya desde cerquita y ya sepa los horarios de recorrida y degustacion, (11:00 y 15:00) no vale la pena tirarse hasta allá porque no veremos nada, excepto el edificio por fuera y una atención bastante pobre para ser un sitio turìstico. Una pena!

Visita obligada en Carmelo, es una pequeña bodega pintoresca, antigua y familiar. Hay degustaciones de vinos que son pagas y se pueden acompañar con una tabla de quesos. Paseo recomendable.

Realizamos una buena visita didáctica acompañadas de una joven muy amable que nos mostró y explicó el proceso de elaboración del vino.
Comparando con otras bodegas que visitamos después, no es la mejor.
Creo que deberían ofrecer una mejor degustación al finalizar la visita. Tener bolsas adecuadas para envolver botella de vino que el visitante compre allí.