Fuimos dos matrimonios amigos a esta pequeña bodega a 4km de la ciudad de Carmelo que cuenta con un muy buen hotel boutique con 8 habitaciones. Las mismas son muy confortables, amplias y están muy bien equipadas. Excelente desayuno que si bien no es buffet por el momento debido a la pandemia, es muy amplio con quesos, fiambres, factura casera, yogurt y jugo natural de naranja, entre otros.. También se puede almorzar y cenar en el lugar previa reserva. La carta no es abundante pero los platos son excelentes. Los precios relativamente razonables. Se pueden hacer degustaciones de los vinos de la bodega pero no son gratis como en otros países ( es el criterio usado en toda la zona). Hay buenas bicicletas para recorrer las bodegas cercanas, lo que nosotros hicimos y recomendamos. El punto bajo es que no se hacen visitas a la bodega para ver las instalaciones, pero sí se puede recorrer los viñedos. Los lugares exteriores de la posada recuerdan a la Toscana italiana. Para repetir.