El hotel es uno de los siete rascacielos de Stalin. En general bien, aunque íbamos en un grupo y hay bastante diferencia en las habitaciones: mejor en los pisos altos. Bien el aire acondicionado y la calidad del sueño. Sala de desayuno pequeña, pero desayuno de muy buena calidad con un servicio perfecto. A tres minutos de la estación de metro más bella de Moscú (Komsomolskaya) y de tres estaciones de tren. Diez minutos en metro para llegar a la Plaza Roja, unos 45-50 para hacerlo andando.Más