Estuvimos del 25/12 al 4 de enero
La posada es linda , las habitaciones están en buen estado y la limpieza es excelente
El desayuno es bueno y hay bastante variedad
El área de la piscina es muy lindo y cuentan con servicio de Playa
Están sobre playa Cupe que para nosotros es la más linda de Porto Galinhas , fuimos a muro alto y mucho no nos gusto ya qué hay poca playa
Hicimos la excursión a carneiros en barco .. no la recomendamos ya que en las playas para muy poco .. es un día de Plata perdido
Adoramos quedarnos en la posada porque es ideal para descansar
Solamente unos puntos a mejorar ..no te dejan consumir nada de afuera mientras esté el restoran abierto , nos querían cobrar 50$ por habitación si consumíamos algo de afuera asique merendábamos y almorzábamos en la playa . El año pasado estuvimos en Tabapitanga y si podíamos hacerlo
Nos cobraban 3 reales el agua caliente, cosas que antes de ir no sabíamos
La carta del restoran no es muy cara pero en centro nos era más económico , comimos dos o tres noches sino se nos hacía mucho a nuestro cambio
Lo mejor de todo la atención de Arturo súper amable
La recomendamos si .. volveríamos si ..

Quizas tuvimos mala suerte y faltó algún cocinero en la cocina, pero realmente la experiencia fue pésima. Reservamos para 16 personas con anticipación. Preguntamos sobre el tamaño de las pizzas, y nos informa que no les queda pizza (eran recién las 19 hs.) Le pedimos 7 menú infantiles para que traiga, ya que los chicos estaban muertos de hambre. Al rato vuelve para avisarnos que sólo tenía 2. Se los pedimos mientras pensabamos con que reemplazarlos. Finalmente le hacemos todo el resto del pedido, el cual lamentablemente fue trayendo de a un plato cada 20 minutos! Pedimos papas fritas para acompañar un plato, y las papas fue lo último que trajo, cuando el plato ya se había terminado! Y lo último último en servirse fueron los 2 menú infantiles, como una hora y media después!! Quizas no fue la noche indicada, quizás 16 personas fueron muchas, pero continuamos en la zona 6 días más y por supuesto que no volvimos nunca.

El hotel es nuevo, muy bonito. Posee un restaurante con muy buena comida y ofrece un excelente desayuno. Lamentablemente la habitación que me tocó estaba permanentemente invadida por olores de cocina. Otra falencia que tienen son pocas sombrillas a la hora de la piscina o playa. Y pese a la buena voluntad y atención del personal, resulta escaso a la hora de cubrir el hotel, tienen a una persona encargada de atender el restaurante en el primer piso y tb de la barra y la piscina.
En resumen una buena estadía pese a esos detalles.