Es un hotel con habitaciones grandes y esmeradamente limpias. El departamento confort que decidimos reservar no tiene buen tamaño de dormitorio y el área de estar no tiene televisión ni una mesita para disfrutar el sofá con que cuenta. En lugar de sillón sería mejor que tuviera más lugar para poner ropa que es insuficiente en la habitación.
Su desayuno es muy bueno: consistencia en la variación de frutas, yogures, excelente café, tapiocas y otros calientes (no probé estos últimos) y otros productos que complementan un buffet variado y de buena calidad.
Tiene opción de bar, almuerzo y cena temprana a precios muy razonables en un área con pocas opciones lo que lo hace muy útil para no tener que ir al centro.
Dado que Porto de Galinhas cuenta con un buen servicio de uber y de buggies no es necesario tener auto alquilado pero, si lo tienen, el parking es gratuito y seguro ya que está en un área privada con servicio de guardia nocturna.
Todo el personal es muy amable, habla español o se empeña y asesoran a los turistas. Yo diría que complementa muy bien las instalaciones.
La playa es su punto más débil ya que tiene mucha ola y se presta más bien para el surf. Igualmente los traslados a playas calmas no son caros y el hotel asesora muy bien.
La piscina tiene sol en la mañana y, a veces, no alcanza a calentar. Sin embargo, es cómoda y el área parque es muy lindo, cuidado y agradable.
Las toallas de playa piscina no son muy buenas y tienen costo adicional. Conviene llevar una toalla de playa en la valija porque las del hotel son chicas más que por el precio no es caro.
Sin dudarlo, volvería. Quedé muy conforme