Fuimos con mi novio y nos encontramos con la posada vacía debido al mal tiempo.
Doña Sirley fue muy amable, nos hizo sentir como en casa.
La habitación era pequeña, pero acogedora, que accede a un pasillo abierto con una excelente vista.
El lugar es precioso, todo distribuido en varios niveles al aire libre. En el inferior hay una especie de palapa donde se desayuna con una vista preciosa a la bahía y al pueblo.
Hay piscina, gimnasio y un muelle si es que llegan en barco.
El estacionamiento está en la parte superior.
Puntos negativos:
Peligroso para niños que andan corriendo todo el día. Está lleno de escaleras.
Lejos del pueblo si andan a pie.
No hay oferta de otras comidas.
A veces se cae el sistema de pago electrónico. Anden con efectivo, importante.
Puntos positivos:
El lugar es hermoso
El desayuno es bueno
Estacionamiento incluido
Hay wifi
Acceso al mar, aunque no tiene playa
Hay piscina
Y está Neve, un gatito precioso.