Habitaciones limpias, con wifi, aire acondicionado, ventilador y minibar. La cama es cómoda y la ducha funciona perfecto. Aún así resultan incómodas por ser muy pequeñas, apenas hay lugar para la cama. La ducha es diminuta, el tamaño justo para una persona.
El desayuno me resultó anticuado, mezquino y poco variado, no ofrecen yogures, cereales, ni frutas, sólo panificados varios, siempre la misma mermelada, manteca, una escasa feta de jamón y una de queso por persona, y el café solo alcanza para una taza y nunca te ofrecen repetir. Sólo hay una señora mayor encargada de servir las mesas y resulta lentísimo. Llegué a tener que esperar más de 20 minutos para desayunar. Por si esto fuera poco, hay que estar pidiéndo que te traigan edulcorante si no consumís azúcar y son muy mezquinos para darte más de dos sobrecitos.
Me pareció muy deficiente para el precio de 95 dólares la noche. Definitivamente no volvería ni lo recomiendo