Muy cerca de Alajuela, hacia el Norte, encontramos este poético hospedaje. Su dueña de origen francés contruyó 4 cómodas cabañas inmersas en su bien cuidado jardín, casi un jardín botánico. Tanto así que unos huespedes neerlandeses, biólogos vale agregar, se la pasaron de maravillas recolectando insectos nocturnos y buscando una ranita verde que andaba por ahí. Ni hablar de la cantidad de pájaros que pasan por acá: momotos, pavas, urracas, colibrís y algunos otros que no identifico. Las cabañas son muy cómodas e incluyen una terraza con hamaca y vista al jardín, que cuenta con una cocina bien equipada: hornilla de gas, pequeño refrigerador, utensilios de cocina, vasos, olla, sarténes, cucharones y una pila con jabón lavaplatos. Eso sí, es muy recomendable usar repelente puesto que este jardincito botánico atrae bichitos que pican.