La atención de los dos chicos que me atendieron fue muy buena.
Estuve una noche, en verdad fue bastante desagradable: colchones, sabanas, toallas y acolchados son muy viejos, lavados con una lavandina fea y feo olor.
El aire acondicionado parecía del año 1990 por el ruido y el mal estado en el que estaba (pegado con cinta adhesiva).
Al llegar había media botella de agua saborizada abierta en el frigobar. Automáticamente avisamos a la recepción para dar aviso.
No te permiten fumar en los balcones de las habitaciones (una boludez!)
El desayuno muy normal, no tenía buen aspecto pero zafaban algunas cosas.
Me disgustó mucho el tinte político del hotel, con imágenes de Eva Perón, Che Guevara, entre otros.
No lo recomiendo y no me volvería a alojar allí... Buscaré otra opción por la zona!