Es un lindo hotel para parar, cómodo, prolijo, visualmente lindo, estético. La habitación es bastante amplia, completa. El desayuno está bien.. silencioso por dentro, pero está a media cuadra del Congreso.. lo cual puede volverse muy ruidoso por fuera, según el día que te toque. La atención es muy correcta. Tiene mesas en la vereda para tomar algo. El wifi anda muy bien. Tiene un espacio de escritorio muy práctico, pava eléctrica, secador. Como detalle.. el frigobar estaba completamente vació, iba a preguntar o a reclamar y después me olvide. Y lo digo como detalle porque parece un lugar donde están atentos a esas cosas.