El lugar, en la zona de Palermo, está sobriamente decorado, buen efecto de luces y manteleria muy buena (con servilleta para cada comensal!!!! 👏👏👏). Menú a la carta, sobrio, con propuestas del mejor origen italiano, buenas entradas (a no perderse las berenjenas en una suerte de souffle) y en nuestro caso fue elección unánime pasta, gluten less, terminada de preparar en la horma de queso parmigiano. Quien degustó este plato en italia, particularmente en Firenze, lo encontrará bastante lejano a su original. En mi caso, no me justificó los 35 kms que recorrí para llegar al restó. Si volviera a Buenos Aires dudo que repita el lugar o el plato elegido.
Correcto servicio de mozos, limitada pero razonable la carta de vinos y no probé postre ni café. Qué más?? Ahhh! la pasta utilizada, casera, de correcta cocción creo no es la que utilizan en Italia. Razonable, sin gran atractivo.
Para destacar el muy amable trato del Chef Propietario, Leonardo Fumarola, quien en todo momento está en el salón atento a cualquier solicitud de los comensales.