Personal amable. Hotel muy sencillo. El agua de la ducha no salía caliente, a penas tibia. Tuvimos inconveniente con la reserva y nos derivaron a este hotel cobrandonos lo mismo y el hotel era de peor ubicación y servicio

Estuvimos mi pareja y yo alejándonos dos días. El personal es amable, y la habitación estaba bastante limpia. La cama era muy cómoda. En general la estancia fue buena, pero no nos gustó que permitían fumar en las habitaciones y el humo del tabaco se pasaba de un baño al otro por los conductos, incluso olía en los pasillos. Y la ducha es un poco incómoda porque cuando te duchabas se mojaba todo el wc. Las paredes son un poco finas, y se escuchaba todo, pero por lo que nos costó y lo que hemos visto por Buenos Aires, es de lo mejor calidad precio.

El hotel Los Cedros se encuentra en el barrio de Once, por lo cual es frecuentado por viajantes o personas que estás de tour de compras.
Se trata de un establecimiento sin demasiadas pretenciones, pensado más que nada para dormir por una tarifa económica.
La zona no tiene grandes atractivos turísticos. Hay que caminar más de diez cuadras para llegar al Shoping Abasto, que es el lugar de esparcimiento más cercano.
Lo bueno de la zona, es que al ser un área de transferencia, hay trasporte hacia cualquier punto de la ciudad.
Tambien es una ventaja, para quien va con ese propósito, la cercanía de la zona comercial de Once, los negocios mayoristas y de artículos importados más importante de la ciudad.
Por las noches, la zona puede ser algo insegura, sobre todo en los alrededores de la plaza y estación de tren.
En cuanto al hotel propiamente dicho, al ingresar nos encontramos con la recepción, y junto a ella el desayunador.
Algo para destacar es que las instalaciones están adaptadas a personas con discapacidad.
Los espacios comunes lucen ordenados y limpios, como así también luminosos.
Las habitaciones tienen el equipamiento básico: televisor y estufa. Para el verano, ventilador de techo (no aire acondicionado ni caja de seguridad)
Los muebles se ven, aunque algo anticuados, y la ropa de cama y tohallas, se nota que viene siendo usada desde hace rato.
Lo que mas se nota, es la falta de ciertos detalles, como la posibilidad de tomar un café fuera del horario de desayuno, usar una PC en recepción, o disponer de un pequeño frigobar con algunos snacks y dulces en la habitación.
El desayuno es correcto, y la atención, normal, sin destacarse