Opino que es un hotel ideal para comerciantes del interior que se provean en los comercios del Once y que deban quedarse uno o dos días en la capital. Para ellos la ubicación es óptima a una cuadra de la plaza Miserere, no solo por los negocios de Once sino también por sus servicios de trenes, colectivos y subtes. La habitación que ocupamos era diminuta con el único equipo de un televisor (que no funcionaba muy bien), sin aire acondicionado ni heladera ni ninguna otra comodidad (que no cabría en una habitación tan chica). La atención fue correcta y la limpieza muy buena. El desayuno básico. Precios bajos. El resumen: un buen hotel para quién esté de paso, sin pretensiones y desee gastar poco.