Analía y Marcelo te hacen sentir que estás como en tu casa, es para destacar su calidez, su atención a cada necesidad, siempre con una sonrisa y buena onda. El lugar es mágico, transmite paz, belleza y armonía. No sólo se descansa, se aprehende a vivir de otra manera. Se respira energía positiva.El desayuno? Artesanal, completo, delicioso. Nautilus está muy bien ubicado, a tres cuadras del mar, en el medio del bosque de pinares y a unas pocas cuadras del centro. Los invito a embarcarse al placer y a un lugar verdaderamente perfecto. Es la segunda vez que voy y espero visitarlos cada año. Gracias chicos!!!