El entorno es increíble. Comparando con otros lugares con apenas una pequeña diferencia de valores, los otros te ofrecen un lindo lugar con quizás 1, 2 o 3 hectáreas. Acá son casi 30 hectáreas, con valles, cerros, arroyos, mucho verde y animales variados en el mismo entorno que uno. Salíamos de la cabaña y encontrábamos al lado nuestro llamas, guanacos, ovejas, cabras, caballos, burros, pavo reales, etc. Excelente esa experiencia.
Es un buen lugar para descansar y estar en contacto con la naturaleza. No hay mucho mas para hacer ahí dentro mas que eso, así que si buscan mas actividades o entretenimiento, quizás no sea este el ideal. Hay un sector de pileta que se veía muy bueno pero fuimos en época de frío así que no lo usamos. Hay mucho lugar para caminar, se puede ir caminando hasta el Cristo de las Sierras, que se ve desde todo el complejo y serán unos 20 minutos de subida.
El servicio es bueno también, todos muy atentos y predispuestos a ayudar. El desayuno no es nada del otro mundo pero esta bien. Tostadas, alfajores, cereales, fruta, jugo de naranja, infusiones, yogurt. Justo nos comentaron que a partir de septiembre iban a implementar un desayuno mas completo, así nos lo perdimos por poco! Lo mismo con el restaurant. Hasta que nosotros fuimos solo había servicio de desayuno y para el resto del día te ofrecían productos congelados para hacer en la cabaña, pero en septiembre iban a inaugurar un restaurant disponible para el resto de las comidas. Creo que eso sumaria mucho.
Nosotros estuvimos en una cabaña superior para 2-3 personas. No estaba mal, tampoco esperen lujos. Es una cabaña chica, un pequeño living comedor con cocina integrada, un baño y un cuarto. Todo en madera. Quizás no se destacaba la limpieza, aunque nada grave, y hay detalles que se podrían mejorar fácilmente para elevar un poco la categoría del servicio: cerrabas la cortina de la bañadera y de noche casi no se veía nada porque la luz estaba en la otra punta; la sopapa estaba ahí al lado del inodoro a la vista; el equipamiento de la cocina estaba bien pero básico; era bastante fría la cabaña, con un split frió calor en el cuarto pero que no llegaba a calentar toda la cabaña. Nuestra cabaña tenia una pared compartida con la de al lado y se escuchaba todo. Una noche se juntaron varios en la cabaña de al lado y fue un poco un descontrol, era como si estuviéramos ahí…
Mas allá de esto, lo recomendaríamos si se busca un lugar de tranquilidad y naturaleza, con fácil acceso al resto de las actividades que ofrece Tandil. Volveríamos.