El hotel en sí: instalaciones, dormitorios,mobiliario,espacios comunes, restaurante,bar, Wi-Fi,etc. es excelente. Es acorde al valor monetario. Nuevo, moderno, de calidad. Se nota inversión y detalle.
Ahora viene el problema: para acompañar todo esto es FUNDAMENTAL que el personal esté entrenado y responda de manera uniforme a los requerimientos del pasajero.
Dependiendo quien tocara en la atención tanto en la recepción como en el restaurante, la calidad y la experiencia variaba mucho.
El recepcionista varón de la mañana (que fue el primer contacto que tuve al llegar) demostró de entrada una actitud prepotente y desconsiderada. Sin tacto alguno y sin preparación para brindar experiencia al cliente alguna. Interrumpió a la persona que estaba hablando con un desafiante: "No imposible" y se mantuvo en una actitud intransigente y desconsiderada aún sin saber lo que se le quería decir. Tuvimos que llamarle la atención y no acusó recibo tampoco.
En el restaurant el personal es amable pero dependie quien sea el que atienda va a variar la concentración y enfoque en el trabajo. Hay mozos/as diligentes y enfocados y otros que parecen distraídos, olvidadizos, desorganizados.
Concluyendo: el hotel y el restaurante son excelentes PERO si o si deberán ir acompañados de un entrenamiento parejo y uniforme para que todos trabajen de la misma manera con la misma política y filosofía. Caso contrario, tanto detalle y esmero en la idea del hotel se perderá con este comportamiento dispar del personal. Se nota que cada empleado encara el trabajo de una manera no estandarizada ni bajo parámetros definidos. RECOMENDACÓN: Urgente colocar un supervisor que esté atento a todas estas fallas y las marque. No vi a nadie controlar.
Espero que este comentario sirva para mejorar.