1) Llegamos un rato antes del check in y generalmente en los hoteles que tienen varias habitaciones vacías, te dan la habitación antes. Sin embargo, nos dijeron que no estaba lista y esperamos pacientemente.. pero luego, seguimos y seguimos esperando 45min después de la hora del check in porque la habitación que nos habían asignado tenía late check out y no llegaron a acondicionarla. Nos dieron otra pero la heladera frigobar estaba recién enchufada y recién a la noche empezó a enfriar mejor
2) Las toallas / toallones del primer y segundo día estaban viejas y con la tela desgastadísima
3) Se rieron de mi apellido en mi cara, una falta total de respeto
4) Los desayunos a causa de la pandemia no son self service, sino que te traen a la mesa 2 medialunas, 2 pedacitos de budín, 2 fetas de jamón, 2 fetas de queso, 2 mantecas y 2 mermeladas.. y a veces libritos de grasa, es decir, todo seco y poca cantidad. Tuvimos que consultar si incluía ensalada de frutas y jugo (el cual es feo) porque no nos habían ofrecido. El café tremendamente diluido, es como agua de café. No tienen ni yogur ni cereales. Si están haciendo vida sana y piensan en desayunar algo ligero, sano y suculento, van a desilusionarse. Tampoco nos dejaban sentar en las mesas al lado de la ventana porque éramos 2 y las mesas son de 4 (pero generalmente desayunábamos solos o con otra pareja más, había mesas libres!). Para finalizar el ítem del desayuno, la señora que atiende es muy cordial pero DEMASIADO ya, se acercaba todo el tiempo a charlar, a decir "qué rico, qué buen desayuno" y a hacer alarde de las medialunas recién hechas (que solo 1 día fue así, el resto todo viejo). Es preferible recibir los elogios de los huéspedes, no tirarse flores uno mismo.
5) A pesar del pésimo desayuno, vimos la carta y decidimos cenar en el restaurante. La ensalada super rica pero poco balanceada.. como una cebolla entera me pusieron! Ahora viene lo mejorcito... Pedí un medallón de lomo.. y es literal.. UN medallón de lomo, minúsculo, que se perdía entre tanta pantomima de presentación gourmet. Yo quiero comer bien y rico, no a reventar, pero por lo que pagamos esa cena, es mejor irse a otro lado.
6) Pileta exterior. Llena de quilombo, familias que no controlan a sus niños, el hotel que no controla a sus huéspedes. Lo máximo que pudimos disfrutar la zona externa fue sentados bajo un árbol y alejados de todo el tumulto. No tienen un cupo de personas para la pileta exterior, la gente reserva reposera desde la mañana temprano, jamás la pudimos aprovechar
7) Pileta interior climatizada. La climatización excelente, el agua super limpia. Funciona con turnos de media hora por habitación, con un tope de hasta 5 personas. Los primeros dos días no tuvimos problemas, pero el tercero llegamos y ya había 4 nenas, 1 bebé y 1 señor. Y después se sumó una señora y un adolescente. Realmente el control del tope de gente es NULO. Nos tuvimos que ir, en vez de poder disfrutar el último día, nos fuimos porque la pileta es chica, las nenas hacían quilombo y superaba ampliamente el tope de gente permitida (que nadie, repito nadie controla). La reserva no sirve de mucho cuando tampoco controlan.
8) Las cortinas rotas desde arriba, no se podía cerrar, teníamos que hacer malabares.
9) Lo único que destaco es la limpieza. Eso sí, los pisos siempre brillantes, alcohol disponible en los ascensores y en el ingreso. Un solo día sentí olor a raid en el restaurante, pero quizás no era raid.. le daré el beneficio de la duda.
10) En el predio hay perros que son de casas vecinas o del hotel. A mi particularmente no me molestan, algunos tienen cara de malos pero son buenísimos. Atenti si no les gustan los perros. No son muchos, serán 2 o 3, pero hay que tenerlo presente si quieren sentarse bajo un árbol a descansar