Nos quedamos del 30/12 al 1/01.
Por empezar nos avisaron que no iba a haber nadie en el hotel por la fecha y nos dieron la llave del portón de acceso. El desayuno en ambos días fue solo café (ácido), jugo (espantoso, parecía en polvo), unas "tostadas" que no eran más que pedazos de pan viejo y rancio y para completar dos dulces de muy mala calidad. Dijeron que no habría medialunas o pan porque estaría todo cerrado y fue la peor excusa estando ubicado en pleno centro. Habían por lo menos 3 supermercados abiertos y las panaderías abrieron de mañana el sábado.
Las habitaciones son medio pelo, tienen un TV viejo, aire, pequeñas, y el baño a pesar de ser viejo, fue lo que en mejor estado estaba. Al menos había agua caliente. Las cortinas de la ducha mal colgadas por lo que se inundaba el baño.
No es una opción barata por eso mismo me parece que es de malísima calidad. No lo recomiendo