Estaba a unos metros de distancia de las cabañas donde estábamos parando.
Fuimos con cierto temor, por algunas de las opiniones que leimos acá en TripAdvisor... evidentemente o las tuvieron en cuenta y mejoraron la calidad del servicio, o los que postearon opiniones negativas tuvieron mala suerte.
La atención que nos brindaron, tanto los mozos como el encargado, fue cálida y esmerada. La comida, muy buena, en relación al precio.
El lugar es muy lindo, las dos noches que fuimos comimos en las mesas de afuera.
A tener en cuenta: no trabajan con tarjetas de débito o crédito; hay que pagar con Mercado Pago, transferencia bancaria o efectivo.
Para destacar: la segunda noche que fuimos se largó a llover torrencialmente (nos mudaron amablemente al salón cubierto) y se cortó la electricidad de toda la zona. Como se quedaron sin internet, nos ofrecieron alternativas convenientes para pagar, incluso ir a pagar desde las cabañas donde estábamos parando, cero problemas y poniendo foco en la conveniencia del cliente.
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