Fue una experiencia muy desagradable, lo único bueno fue la ubicación de resto nada más es rescatable. Desde que entras al hotel hay un olor fétido, huele a animal muerto. Las habitaciones no tienen ni parecido con las fotos de internet, las sabanas están manchadas y sucias, las almohadas dan ganas de llorar, en mi habitación tuvimos que pedir que cambiaran la cortina del baño porque tenía moho y manchas de aguas negras, el olor a humedad y el polvo nos dejaron mal. En cuanto al desayuno mejor ni hablar, las medialunas y el queso parecen que tuvieran un mes vencidas. Lo más desagradable es qué hay una mascota que duerme donde quiere y lo peor es que le ponen la comida sobre el sillón del lobby. De verdad que recomiendo que se eviten esta experiencia porque por el costo no vale lo que ofrecen.