Estuvimos hospedados en el hostel con mi pareja durante tres noches, en la habitación matrimonial. Nuestra estadía fue muy agradable.
Destacamos la comodidad de la habitación, cama matrimonial (también incluye dos camas cuchetas para grupos más numerosos), armario, enchufes, mesas de luz, televisor con cable.
También nos gustó mucho la cocina, amplia, muy completa y limpia. Los espacios comunes también nos gustaron mucho, varias mesas y sillas, enchufes, dos televisores, espacios diferenciados, wifi gratis, metegol y fichines para jugar un rato.
El desayuno nos pareció suficiente, agua caliente, leche, té, café y medialunas (algunos días el desayunos es ofrecido en el hostel, otros días, es servido en un café que está exactamente debajo del hostel.
Pero especialmente, destacamos la atención del personal, amabilidad y buena predisposición las 24 hs, si bien el último día de nuestra partida debíamos dejar la habitación a la mañana, Gustavo (encargado del hostel) nos permitió quedarnos en el hostel hasta el horario de nuestra partida, usar el baño, la sala común e ¡incluso cocinarnos el almuerzo!
Por último, hay que mencionar su excelente ubicación en la zona céntrica de la ciudad, cerca de Av. Pellegrini y de Av. Córdoba, y relativamente cerca de la Costanera y la Terminal de Ómnibus.
Y no podemos dejar de señalar también lo económico que resulto hospedarnos en su habitación privada.
Quizás el tema de los baños es el único aspecto donde podríamos señalar algún punto en contra, pero es relativo. Se trata de baños tipo vestuario, uno para varones y otro para mujeres. En el primero hay dos inodoros y tres duchas que se separan con cortinas, en el de mujeres en cambio cada box contiene su propia ducha e inodoro, en ambos hay piletsas y un espejo general. Por un lado este sistema presenta algunas cuestiones que para algunos pueden resultar un tanto incómodas, como el tener que usar los baños mientras otros se bañan, usan las bachas, o, incluso, se quedan charlando, peinándose, o cambiando en el baño. El tener que tomar duchas simultáneamente resta, logicamente, privacidad, y puede resultar incomodo para algunos. Sin embargo, por el otro lado, en comparación con cualquier un hostel de baños compartidos tradicionales, este sistema presenta ciertas ventajas: no hay que esperar a que se desocupe el baño para utilizarlo, por lo general se pueden encontrar al menos un inodoro disponible, y, en nuestro caso, nos permitió darnos una ducha o usar el baño aún sin tener esa última noche de alojamiento, y sin que nuestra presencia afectara la comodidad del resto de los pasajeros.
En conclusión: nos pareció una gran opción en Rosario, y sin duda volveríamos a alojarnos allí. Lo recomendamos!