Aprovechamos una promoción de verano para conocer Santa Fé, capital y realmente el hotel nos atrapó con su spa y piscina. Encantador. Poca gente, el personal amable desde que entramos.
El desayuno muy completo y muy flexible con el horario.
El restaurant no ofrece muchos platos, pero todos particulares y muy sabrosos.
Recomendable para aquellos que busquen unas vacaciones soft, sin muchas complicaciones y con pocos proyectos. Descansar y conocer la ciudad.
Muy buena ubicación, lo que permite caminar por la peatonal y conocer iglesias en cualquier momento.
Muy recomendable.
- Wi-Fi gratis