El hotel cuenta con muy lindos exteriores, muy cuidados y prolijos. La comida del restaurante estuvo rica, y el mozo super atento y cordial.
Respecto a las habitaciones, llegamos a las 21:00 y la habitación que nos dieron tenía una pérdida de agua del inodoro, el cual tampoco funcionaba bien, el picaporte del baño roto y le faltaba una de las mesas de luz. A los pocos minutos nos cambiaron de habitación. La nueva habitación que nos dieron tenía las sabanas muy manchadas (estaban limpias de lavarropas, pero con manchas viejas impregnadas).
Las medialunas del desayuno muy ricas. Me hubiera gustado que el protocolo covid fuera un poco más estricto a la hora del desayuno. El mozo te traía un plato con medialunas y tostadas, cubierto en film (esto estuvo bien). Pero el resto de las cosas te las agarrabas vos, eran autoservice, desde servirte café, leche, jugo, agarrar cubiertos y vasos, servirte cereales, etc. Me parece que en contexto covid, cuantas menos superficies de contacto compartidas con otros huéspedes, mejor.