Reservamos en este hotel por primera vez durante nuestro viaje a Bariloche, basándonos en las opiniones de viajeros y nos decepcionó. La recepción y el restaurant muy lindos pero la habitación tenía humedad, la puerta del baño no cerraba, el botón del inodoro no funcionaba bien y la sabana de la cama era más chica por lo tanto se salía. Si bien habíamos hecho la reserva con bastante anticipación la habitación no estaba preparada, y cuando llegamos estaba inundada por la lluvia. Nos pasaron a otra al lado de la cocina con terrible olor a comida. Lógicamente en el viaje de regreso decidimos no volver a reservar, una pena porque está muy bien ubicado

En cuanto a las instalaciones, muy buenas, nosotros estabamos con niños y la habitación conectaba con la nuestra, lo cual es fundamental para que podamos cruzarnos de habitación por cualquier motivo.
Camas cómodas, grandes, lugar espacioso. Algunos de los productos que usan son respetando al medioambiente. Tienen una política del cudado del medioambiente.
En cuanto a la ubicación, excelente. Está cerca del aeropuerto, pero no escuchas ningún ruido molesto, ni siquiera de la ruta. Solo ves los aviones pasar a lo lejos.
Las personas que trabajan en el hotel, muy amables y atentos. Nos recomendaron unas bodegas para visitar, unos lugares para comer también, y consideraron todo lo que necesitaba gluten free (sin tacc, apto celíacos). El desayuno está incluido en la tarifa. El restaurant abre solamente por la noche.
El espacio verde está muy bien cuidado, la pileta también. Puedes salir a correr.
El contacto adicional por whatsapp que tuvieron también fue un adicional muy bueno.

Excelente atención en todo sentido. El resto es de una calidad de 10 puntos. Principalmente el plato de trucha. Esta a orillas de la ruta 22 por lo cual esta muy bien ubicado
Llegamos a las 22.30 y nos hicieron un lugarcito para poder cenar a pesar que la cocina había cerrado. Todo muy amable