La ubicación es estratégica porque está camino al sur, y es muy útil. Nos costó salir de la ruta e ingresar, quizás no estuvimos muy atentos... La atención en la recepción es bien informal, muy de entre casa diríamos, algo lenta, pero bueno, quizás uno al empezar las vacaciones está aún con el acelere típico de ciudad y cuesta relajar, de todos modos fue algo lento. La gente que llega está cansada y desea ir al cuarto a ducharse y demás. Quizás podría ser algo más ágil. Es amable, nadie dijo que no, pero podría ser más ágil.
El desayuno tenía lo básico en bebida y otros alimentos, no se puede decir que era escaso, estaba bien. Es tipo buffet. No tengo más detalles sobre este particular.
En cuanto a los cuartos y la calidad del descanso, son un poco chicos quizás, pero nuevamente, con lo necesario. Tienen aire y estufa, tele, lugar para guardar ropa, cama bastante cómoda, no así las almohadas. El baño correcto, también informal, había un secador y un trapo de piso para limpiar uno. Te dan champú y jabón, lo remarco porque viajo bastante y en algunos hoteles ya no te lo dan más.
Había muchos niños y por un momento temí que no pudiera descansar, pero las habitaciones son bastante aisladas y se puedo descansar. A la mañana siguiente comenzaron la limpieza muy temprano y no te dejan dormir. Se entiende que deban limpiar, pero quizás no hace falta hablar a los gritos y despertar a los pasajeros.
Cenamos en el hotel, ofrece una carta acotada, y de lo acotado, más aún porque muchas cosas no había y terminamos comiendo lo que había. Tardan mucho en traer los platos eso sí así que vayan temprano o ármense de paciencia.
Las cocheras son techadas, bien, no hay problema.
Si tuviera que volver lo haría, entiendo que un hotel de paso es eso, bañarse, cenar, dormir y desayunar. Punto. Comodidades u otras variantes, no se buscan en estos hoteles. Recomiendo si no son pretenciosos y necesitan pasar la noche.