Todo en la Casona del Alto está pensado para vivir una experiencia perdurable en la memoria de tus sentidos. Si bien el cordón montañoso es el principal protagonista y domina la escena desde todos los ambientes, nada es casual en la propuesta de Lili y Fernando: La preparación de cada cuarto, cuidada hasta el detalle para lograr una calidez hogareña, con el marco visual de la montaña, que hace de la ventana un cuadro que cambia de colores según la hora del día; el esmerado diseño y decoración de los sectores comunes, donde cada elemento contribuye a darle personalidad definida al conjunto, esa personalidad de los anfitriones, que, generosamente, ofrecen a la reinterpretación y apropiación temporal de cada huésped (párrafo aparte merece el espacio de la biblioteca); la delicada cocina de Lili, con sus sabores caseros y ese cuidado casi familiar que significa la selección de platos y postres con ingredientes de calidad y panes, pastelería, recién horneados, que se disfrutan en cada desayuno y cena dejándose envolver por música muy bien elegida y por la Naturaleza que se impone con diferentes matices a través de los ventanales, integrándonos al paisaje; la posibilidad de sentarse en un banco al fresco de los árboles en la parte más alta del hermoso parque para leer o simplemente contemplar la belleza circundante o, quizás, disfrutar un café intenso en el deck del frente de la casa.. Todo hace que la Casona sea más que un lugar para hospedarse; es un lugar para "alojarse", en el sentido integral de la palabra...La casona es un concepto. Es verdad, allí no hay TV, ni frigobar, ni aire acondicionado...hay que desear una experiencia del Ser con el paisaje y los sentidos...Un lugar para ver y para verse, hasta para encontrarse, por qué no. Hoteles con comodidades y vistas, hay muchos. Éste, no es uno más.